Con onLygal, Dani encontró la vía legal adecuada y recuperó su inversión
Dani, propietario de una vivienda, instaló hace unos años unas placas solares para reducir su factura de la luz y apostar por la energía renovable. La instalación incluía una garantía de 20 años, lo que le hizo confiar en que su inversión estaba plenamente protegida durante dos décadas.
Años más tarde, los paneles comenzaron a fallar: pérdida de rendimiento, interrupciones y daños en varios componentes. Cuando intentó contactar con el fabricante para reclamar, descubrió que la empresa había cesado su actividad y ya no ofrecía servicio postventa.
El presupuesto para reparar la instalación ascendía a 7.800 €, una cantidad que Dani no podía asumir. Preocupado por la situación, contactó con su seguro legal de onLygal para saber qué opciones tenía.
«Nunca imaginé que algo con tanta garantía pudiera fallar… y menos quedarme sin nadie que respondiera».
Cuando Dani contactó con onLygal y explicó su situación, el equipo jurídico le pidió toda la documentación relacionada con la instalación: factura, contrato, condiciones de la garantía comercial, certificado de instalación y cualquier comunicación previa con la empresa.
A partir de esa revisión, el abogado detectó algo fundamental: aunque el fabricante había cesado su actividad, existían otros responsables legales según la normativa vigente de consumo y garantías.
En concreto, el instalador inicial, la cadena de distribución o incluso mecanismos de garantía legal ampliada podían responder cuando el productor no está disponible.
Con esa base, onLygal elaboró un informe jurídico, identificando a quién debía dirigirse la reclamación y bajo qué fundamentos legales.
«Cuando el abogado me dijo que aún tenía opciones aunque el fabricante hubiera desaparecido, sentí un gran alivio».
Gracias al trabajo del equipo jurídico, la reclamación avanzó. Tras varios intercambios de documentación y negociaciones, el responsable legal finalmente aceptó hacerse cargo de la incidencia.
El procedimiento tardó 11 meses, pero el resultado mereció la espera: Dani recibió una indemnización de 7.800 €, el importe necesario para reparar completamente su instalación fotovoltaica.
Además, todos los gastos jurídicos derivados del proceso —unos 2.500 € entre abogado y procurador— quedaron cubiertos por su póliza, por lo que Dani no tuvo que pagar nada por la reclamación.
Además de recuperar el dinero, Dani comprobó que contar con asesoramiento legal le permitió saber exactamente qué hacer en una situación que, al principio, parecía no tener solución.
«Invertí mucho en las placas solares y cuando comenzaron a fallar y nadie se hacía responsable, me quedé sin saber qué hacer. Gracias a onLygal pude encauzar la situación y reclamar lo que me correspondía».
Hoy, su visión sobre tener un seguro legal ha cambiado. Lo que antes consideraba un gasto más, ahora lo considera una protección crucial en momentos de adversidad.
*Historia inspirada en un caso real de onLygal
