Tras meses de espera, Lucía recupera lo que le debía gracias a la intervención de su seguro legal.
Lucía, chef autónoma con años de experiencia en el sector de la hostelería, nunca imaginó que un despido repentino cambiaría su vida. Tras años trabajando en un restaurante reconocido, recibió la noticia de que debía abandonar su puesto, pero sin fecha clara para el pago de su finiquito ni el salario pendiente del último mes. A pesar de sus intentos repetidos por contactar con la empresa, las respuestas siempre fueron evasivas. Los días pasaban, y lo que parecía un problema puntual se convertía en una pesadilla de incertidumbre. Cada vez que pensaba en las facturas y compromisos que debía cumplir, la ansiedad aumentaba. No solo se sentía atrapada, sino también impotente, sin saber si alguna vez recibiría lo que era justo.
«Los días sin recibir el dinero que me debían me generaban una ansiedad constante. Pensaba en todas las cuentas que tenía que pagar y en cómo iba a salir de esa situación. No sabía si alguna vez iba a conseguir que me pagaran».
Decidida a no esperar más, Lucía activó su seguro legal onLygal, que había contratado tiempo atrás. Sabía que no estaba sola. En pocos días, los abogados de onLygal comenzaron a trabajar en su caso. El primer paso fue enviar cartas formales a la empresa. La respuesta inicial fue negativa: el restaurante seguía evadiendo el pago. Sin embargo, los abogados de onLygal intensificaron las gestiones. En lugar de detenerse, enviaron comunicaciones más firmes y exploraron todas las opciones legales disponibles. Ante esta nueva postura, la empresa cambió de actitud rápidamente. La presión legal resultó en el pago de los 7.200€ que Lucía llevaba meses esperando.
«La diferencia de tener un seguro legal es enorme, tienes claridad de tus derechos y la certeza de que todo se resolverá».
Gracias al apoyo de onLygal, Lucía pudo recuperar los 7.200€ que le debían. Sin embargo, lo más valioso fue la tranquilidad de saber que, ante cualquier imprevisto, tenía a alguien que la respaldaba. Si no hubiera tenido el seguro legal, habría tenido que enfrentarse a un proceso largo y complejo por su cuenta, sin la certeza de que sus derechos serían defendidos adecuadamente. Ahora, Lucía se siente más tranquila y preparada, sabiendo que tiene un respaldo legal que le ofrece seguridad ante cualquier situación laboral.
«Ahora que todo se ha resuelto, me doy cuenta de lo útil que es contar con un respaldo legal cuando surgen problemas. Tener a alguien que se encargue de las gestiones legales te da la tranquilidad de que, aunque las cosas no salgan como esperabas, estás tomando el camino adecuado para solucionarlo».
*Historia inspirada en un caso real de onLygal
