El rol de los padres en el último siglo ha cambiado radicalmente. Desde la entrada de Internet a nuestras vidas, su preocupación no ha dejado de crecer. Sin embargo, tenemos que reconocer que la mayoría de ellos no saben ni siquiera qué páginas visitan, ni cuándo o qué contenido consumen sus hijos cuando están conectados. Y precisamente este desconocimiento, deja la puerta abierta al uso inadecuado y éste puede generar importantes problemas en su desarrollo psíquico.
Para evitarlo es imprescindible que se les enseñe lo antes posible a usarlo de forma responsable y segura. El principal objetivo de los padres debe ser enseñar a los niños a entender y a asumir sus responsabilidades cuando estén delante de un ordenador y compartir de forma natural sus propias experiencias. Con la intención de asesor a los padres, hemos elaborado una lista de consejos a seguir:
Consejos para prevenir riesgos
- Antes de empezar, los padres deben ser conscientes de que los hijos ya están familiarizados con este entorno. Por tanto, primero es fundamental que se realice el ejercicio de conocer las nuevas tecnologías y todas sus posibilidades. Permitirá comprender el amplio mundo en el que se mueven sus hijos. Si los padres no conocen la herramienta es muy probable que no estén ejerciendo la autoridad que se requiere y por tanto al menor le resulta muy fácil engañar a los adultos. Por otro lado, si los niños perciben que lo conoce fácilmente le preguntaran las dudas o problemas que tengan sobre el tema.
- De la misma manera que se hace con la televisión o los videojuegos de la consola, también deben ponerse límites temporales en la navegación por Internet de acuerdo a su edad. Y siempre se debe tener en cuenta qué tipo de contenidos consultan ya que no es lo mismo estar dos horas buscando información para realizar un trabajo que permanecer ese mismo tiempo jugando online.
- En la medida de lo posible no se debe utilizar Wifi público en ningún dispositivo personal porque sirven para entrar en el ordenador, móvil o tableta para hacerse con toda la información que éste contenga.
- Tanto niños como adolescentes deben saber que no toda la información que pueden encontrar en Internet es real y que el engaño es mucho más fácil de lo que parece a través de este medio. Hay que inculcarles que busquen en variar páginas y contrasten la información hasta estar seguros, también funciona buscar a través de portales que ya sabemos que son fiables de antemano.
- Las cámaras integradas en los dispositivos, ya sean aparatos móviles o no, son vulnerables y pueden ser activadas si un experto en informática accede al ordenador de manera ilegal, por tanto para evitar que se tomen imágenes íntimas se recomienda tapar la cámara con algún trozo de papel mientras no se use.
- Las contraseñas, especialmente si son las de las redes sociales, deben ser complejas y con un elevado nivel de seguridad; se recomienda que contenga letras minúsculas y mayúsculas, y signos de puntuación, que se cambien con frecuencia y sean distintas en cada red social.
- Una vez que los menores empiezan a utilizar las redes sociales deben prestar especial atención a la configuración de la privacidad. Indicar quién puede ver las publicaciones y si cualquiera puede ponerse en contacto con el usuario, entre otras opciones.
- Otro punto que es importante entender es que a la hora de dar a conocer la vida privada se tiene que tener en cuenta que aunque una foto o video se borre del perfil, no desaparece en la red.
- Aceptar a personas desconocidas en las redes sociales puede suponer que todos los pasos anteriores no sirvan de nada, por este motivo, es importante que los menores solo acepten a personas conocidas, ya que detrás de un perfil se puede esconder un adulto sin buenas intenciones.
- Mucho menos facilitar los números de tarjetas de crédito a los menores para que compren en Internet sin supervisión del adulto.
- No hay que olvidar que es muy importante que nuestros dispositivos estén seguros, eso significa que la mejor manera es actualizando el sistema operativo cada vez que sea posible. En el caso del ordenador, lo mismo con el navegador o el antivirus.
¿Hasta dónde puede llegar un padre por controlar a su hijo?
Muchos padres presentan constantemente dudas respecto hasta dónde pueden llegar para proteger a sus hijos. Algunos confiesan que en dos o tres ocasiones han llegado a mirar los mensajes privados de Facebook, o sus mensajes de WhatsApp siempre bajo el interés de protegerle. Sin embargo, ¿eso es así? La duda aparece cuando te planteas si esos principios de derecho a la intimidad o al secreto de las comunicaciones prevalecen de la misma forma cuando se tiene la sospecha de que un hijo menor está siendo acosado, extorsionado o chantajeado. Pues bien, la Ley de protección jurídica del menor es muy clara: los padres tienen que respetar el derecho a la intimidad de sus hijos y no pueden ni deben controlar sus mensajes. Tal como explica el Artículo 4, los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Y añade que los padres deben respetarlos y protegerlos frente a posibles ataques de terceros. Además, la Ley de Protección de Datos de 1999 permite que los chicos de 14 años puedan disponer de su imagen y sus datos, e incluso cederlos a terceros. Las mismas redes sociales ya permiten a partir de esa edad abrir una cuenta sin el consentimiento paterno.
Pero nuevamente, es inevitable cuestionarse ¿Y si corre un grave riesgo? ¿Hasta dónde puede un padre inmiscuirse en la intimidad de un hijo menor? ¿Hasta dónde llegan los deberes de los progenitores como titulares de la patria potestad?
Lo que está claro es que si creemos que nuestro hijo está siendo víctima de un delito, si vemos que su comportamiento varia, que está sacando peores notas… es aconsejable que se hable con los hijos, y que el acceso a sus mensajes privados sea siempre con el consentimiento de los hijos, y en caso que tengamos indicios de que hay un tema penal, se deberá presentar denuncia en la policía.