Tanto en nuestra vida privada como en nuestra empresa, podemos encontrarnos en situaciones en las que alguien nos debe dinero, por ejemplo, un cliente no paga una factura. Los cobradores de deudas nos pueden ayudar a recuperar ese dinero de forma amistosa para ahorrar tiempo y dinero.
Los abogados especializados en la gestión de deudas pueden ayudarte en estos casos haciendo todas las acciones necesarias para lograr el cobro de una deuda, agotando la vía amistosa y evitando, de esa forma, tener que presentar una demanda judicial.
¿Qué hacen los cobradores de deudas?
En el caso en que alguien te deba dinero y quieras reclamar el pago, lo primero que tendrás que hacer es ver si efectivamente existe esa deuda y si es posible demostrarlo. En ocasiones se producen errores que pueden suponer que la deuda no exista o que sea inferior: pagos que se traspapelan en el banco, cantidades cobradas de más, facturas incorrectas, documentación que no ha llegado a su destinatario etc.
En segundo lugar, deberás recopilar toda la información relativa a la deuda: contrato firmado, facturas, albaranes de entrega, notificaciones realizadas (correos electrónicos, cartas, burofaxes etc.).
Una vez que tengas claras la existencia de la deuda y su importe, así como la documentación que sirva de prueba, podrás recurrir a los abogados dedicados a la gestión del cobro de deudas que realizarán, por lo general, las siguientes gestiones:
- Analizar la deuda, su importe, su vencimiento, los datos del contrato y de la documentación de la que deriva (presupuestos) y los datos del deudor.
- Estudiar la solvencia del deudor, es decir, su capacidad de hacer frente a la deuda. Para ello se pueden consultar datos en Asnef, el Registro Mercantil o el Registro de la Propiedad.
- Se pondrán en contacto con el deudor y para ello pueden utilizar inicialmente el teléfono o un burofax. En este primer contacto tratarán de averiguar a qué se debe la deuda y también intentarán conseguir un compromiso de pago del deudor, pactando una fecha y una forma de pago.
- Si el deudor no tiene liquidez le podrán ofrecer (con tu consentimiento como acreedor) una reducción de la deuda con la condición de que pague lo antes posible. Este acuerdo debe incluir la forma de pago y las cantidades aplazadas que se deben abonar cada mes. Asimismo, para que tenga fuerza legal, tiene que estar documentado por escrito, con la firma del acreedor y del deudor, de esta manera vincula a ambas partes y si el deudor no paga, el acreedor lo puede hacer valer en el procedimiento judicial.
- En el caso en que el deudor no pague en la fecha prevista le podrán enviar un burofax estableciendo una nueva fecha y hablando de la posibilidad de iniciar acciones judiciales en caso de que continúe impago.
Con todas estas gestiones te ahorrarás mucho tiempo y habrás confiado el cobro de la deuda a un abogado especializado que pondrá todos sus esfuerzos en lograr cobrar.
El objetivo es siempre agotar la vía amistosa y lograr un pago de mutuo acuerdo con el deudor, ya que, aunque es posible utilizar la vía judicial para cobrar una deuda que esté correctamente documentada a través del Procedimiento Monitorio, será más caro, porque habrá que pagar los honorarios de abogados y procuradores y más lento y porque dependerá de la carga de trabajo del juzgado que lleve el tema.