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¿Cómo puedo hacer un contrato de alquiler de habitación?
Publicado en: 27 noviembre 17,
Modificado en: 07 noviembre 24
El contrato de alquiler de habitación es bastante habitual entre las generaciones más jóvenes. Para muchos compartir una vivienda en la forma más sencilla de poder independizarse y tener una residencia mientras estudian fuera de su ciudad natal.
Pero el alquiler de habitaciones también se da fuera de las generaciones más jóvenes, generalmente entre aquellos que están trabajando fuera de su ciudad o buscan una forma más económica de acceder a una vivienda. En los últimos años, este tipo de arrendamientos se ha vuelto una opción muy atractiva para los propietarios. Esto se debe a que el contrato de alquiler de habitación no está sujeta a las mismas regulaciones que el de una vivienda completa. Te explicamos detalladamente todo lo que debes saber sobre el alquiler habitacional en este artículo.
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Regulación del contrato de alquiler de habitación
En nuestro ordenamiento jurídico el alquiler de habitaciones es legal siempre y cuando se cumplan los requisitos que luego veremos y está sometido a lo dispuesto en el Código Civil. Esto implica que no existe el derecho a prórroga al que hace referencia la Ley de Arrendamientos Urbanos cuando se trata del alquiler de una vivienda completa.
De esta regulación también se deriva el hecho de que el inquilino de la habitación pueda subarrendarla o cederla a su vez a una tercera persona. Para ello, deberá contar con el visto bueno del propietario y deberá quedar plasmada por escrito.
Alquiler de habitaciones por parte del inquilino
Está claro que el propietario de una vivienda puede poner en alquiler una o varias habitaciones de la misma sin ningún problema, pero ¿qué ocurre si quien alquila las habitaciones es el inquilino de la vivienda?
Lo que ocurre en este caso es que el arrendatario que ha alquilado una vivienda completa debe tener autorización expresa del propietario de la misma para poder alquilar habitaciones. Si se lleva a cabo un realquiler de la vivienda o de alguna de sus estancias sin dicho consentimiento, el propietario podrá instar la resolución del contrato.
En caso de que el dueño de la vivienda dé autorización a su inquilino a alquilar habitaciones, tendrá derecho a exigir una compensación económica si lo han pactado en el contrato.

Datos que no deben faltar en un contrato de alquiler de habitación
Este tipo de contratos deben establecer unos aspectos esenciales:
- Identificar a las partes firmantes. En contrato deberán figurar los datos personales del arrendador y el arrendatario: Nombre y apellidos, DNI, teléfono de contacto y domicilio.
- Indicar claramente la habitación que ocupará el inquilino. Aquí también se especificará la dirección del inmueble.
- Establecer el precio y la forma de pago.
- Duración del contrato.
- Señalar el preaviso necesario en caso de querer cancelar el contrato de alquiler de habitación antes del tiempo pactado.
- Si existe o no la posibilidad de subarrendar la habitación.
- Servicios que se incluyen en el alquiler (uso de espacios comunes, Internet, etc.) y la forma en la que se van a repartir los gastos que pueda llegar a haber.
Establecer todos estos datos en el contrato de alquiler es muy importante ya que estos arrendamientos suelen tener un carácter temporal. A diferencia del alquiler de viviendas, los alquileres de habitaciones no tienen limites temporales. Por lo que puedes hacer contratos de 3 o 6 meses o incluso un año.

En algunos casos también se suelen incluir en estos contratos una serie de normas para mejorar la convivencia. Por ejemplo el reparto de las tareas de limpieza de las zonas comunes, el horario de uso de la televisión o la radio en las zonas comunes o si se puede traer o no a otras personas a dormir a la habitación alquilada.
Lo mejor es que antes de firmar el contrato de alquiler de habitación sea revisado por un especialista en Derecho que ayude a todos los implicados a resolver posibles dudas.
Garantías en el contrato de alquiler de habitación
Aunque hay notables diferencias con respecto al alquiler de una vivienda completa, en el caso de alquilar una habitación también se pueden exigir garantías al arrendatario.
En este caso la fianza funciona exactamente igual que en cualquier otro contrato de arrendamiento. El inquilino abona una cantidad en concepto de fianza y al final del contrato, si no queda ninguna deuda por saldar y devuelve la habitación y las zonas comunes en la forma pactada, puede recuperarla.
Es recomendable pedir la constitución de garantías, pero en ningún caso es obligatorio cuando se trata del alquiler de una habitación.
La mejor manera de procurar que la relación entre arrendador y arrendatario se desarrolle con normalidad es contar desde el principio con un contrato de alquiler de habitación debidamente redactado por un especialista legal.
Fiscalidad del alquiler de viviendas
El alquiler de habitaciones tributa de igual forma que el alquiler de viviendas. Por lo que deberás incluir los ingresos que obtengas por este concepto en tu declaración de la renta. Además, como propietario tendrás derecho a toda una serie de deducciones. En primer lugar, podrás deducir los gastos de suministros en caso de que seas tu quien los pague. Dentro de este capítulo de deducciones, también entran los gastos derivados de obras y reformas.
Además, si el alquiler de la habitación está destinado a ser la vivienda habitual del inquilino, podrás deducirte un 60% de los rendimientos Quedan fuera de este beneficio las habitaciones destinadas a alquiler de temporada o turístico.
Conclusión
Los alquileres de habitaciones ofrecen múltiples ventajas a los propietarios de inmuebles. La primera de ellas tiene que ver con la flexibilidad. Los alquileres de habitaciones no están regulados por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) sino por el Código Civil, por lo que no existe una duración mínima para los contratos. Tampoco existen limitaciones al precio del alquiler lo que hace que esta modalidad sea muy atractiva para los propietarios.
Aun así, los contratos de alquiler de habitación se deben redactar de la forma correcta para evitar conflictos que nos lleven a los tribunales. En primer lugar, se debe identificar correctamente a las dos partes (inquilino y casero) con su nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono de contacto. También se deben indicar aspectos como la habitación del inquilino, el precio de la renta y su periodicidad, los servicios que incluye y también ciertas normas de convivencia que pueda haber en la casa.
Una vez firmado este contrato, podrás beneficiarte de deducciones fiscales si la habitación se destina a la residencia habitual del inquilino. Puedes llegar a desgravar el 60% de los rendimientos obtenidos. Además, claro, de los gastos en reformas o suministros si corren a cargo del propietario.
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