Alquiler vacacional y de temporada: ¿En qué se diferencian?

El turismo en España no deja de crecer y ello tiene toda una serie de consecuencias para la economía. La perspectiva de ganancias rápidas y sustanciales hace que muchos propietarios saquen sus inmuebles al mercado del alquiler vacacional.  

Pero llegados a este momento, a muchos dueños de vivienda les surge la duda ¿Qué tipo de alquiler me conviene más? ¿Vacacional o de temporada? Y es que, aunque a simple vista puedan parecer iguales, estas dos modalidades de renta son tremendamente diferentes. Y por tanto, también lo son las consecuencias de escoger una u otra para lucrarnos de nuestro inmueble. 

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Por otro lado, si quieres conocer a fondo las diferencias entre el alquiler temporal y vacacional sigue leyendo. Te damos las claves para que puedas tomar la mejor decisión. 

¿Cuándo se considera alquiler de temporada?

El alquiler de temporada es un alquiler destinado a un uso diferente del de vivienda permanente habitual. En este caso, el inmueble se está arrendando por un periodo de tiempo limitado al final del cual el inquilino tendrá que marcharse. 

Los contratos de alquiler de temporada no tienen límites temporales de duración, aunque normalmente la estancia mínima suele ser de un mes. La vigencia del contrato queda fijada al libre arbitrio de las partes. Normalmente estos contratos se firman para periodos vacacionales de un par de meses o para pisos estudiantiles donde los inquilinos alquilan el inmueble para el periodo académico.  

También es un tipo de contrato que se da en trabajadores temporales que se desplazan a una localidad por un tiempo determinado. Los alquileres temporales suelen tener condiciones flexibles (desistimiento, rentas a percibir, etc.) frente a los alquileres destinados a vivienda habitual. 

¿Cuándo se considera alquiler vacacional? 

Los alquileres vacacionales están orientados a un fin exclusivamente turístico. Son contratos cortos en los que se pone a disposición del inquilino la casa o parte de ella por días o semanas. Además del alojamiento en estas viviendas también se proporcionan otros servicios, como por ejemplo limpieza, lavandería, recepción, etc.  

Por otro lado, este tipo de viviendas se promocionan a través de canales de venta online como Booking o Airbnb que suponen su principal canal de comercialización.  

¿En qué se diferencian los alquileres vacacionales y de temporada? 

Los alquileres vacacionales tienen muchas diferencias con los temporales. A continuación, te explicamos algunas de ellas para que tengas una visión más clara de las ventajas de uno y otro. 

Marco legal

El primer punto que distingue al alquiler vacacional del temporal son las leyes que los regulan. En el primer caso, el marco normativo es la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) que se aplica a nivel nacional mientras que los alojamientos de alquiler vacacional están sujetos a las regulaciones locales de los ayuntamientos.  

Esta disparidad de leyes supone un cambio muy grande a efectos prácticos. En general los alquileres vacacionales están sujetos a muchas más regulaciones sobre todo si se sitúan en zonas tensionadas de grandes ciudades como Barcelona o Madrid.  

Además, las obligaciones que tendremos que cumplir como propietarios de alquileres vacacionales cambiarán de un sitio a otro ya que cada ayuntamiento tiene sus propias leyes al respecto. Normalmente, los alquileres vacacionales deberán estar correctamente registrados, contar con la correspondiente licencia municipal para operar y el certificado de eficiencia energética. Algo que no ocurre con los alquileres de temporada. 

Además, estos últimos exigen la firma de un contrato con el inquilino mientras que los alquileres vacacionales no. Aunque dependerá de la normativa local.  

Duración de los contratos 

Aunque por ley no hay una duración establecida, los contratos de alquiler temporal se suelen firmar por un período mínimo de un mes y un máximo de un año. Por el contrario, los alquileres vacacionales se pueden firmar por unos pocos días o incluso una noche, no pudiendo sobrepasar el mes de duración (o dos en función de la Comunidad Autónoma). 

Además, en los alquileres vacacionales los precios se establecen por noche y pueden variar en función de la época del año o número de reservas. Los alquileres por temporada ofrecen unos precios más estables. 

 Oferta de servicios adicionales al alojamiento 

Los alquileres vacacionales también se diferencian por la oferta de servicios aparte del alojamiento. El propietario puede proporcionar servicios de limpieza o lavandería, como así ocurre en gran parte de este tipo de alquileres. En los alquileres de temporada no se contemplan este tipo de características. 

Canales de comercialización y promoción 

La comercialización y canales de contacto entre inquilinos y propietarios es otro de los rasgos que distingue a los alquileres vacacionales y de temporada. Los primeros utilizan plataformas como Booking o Airbnb para promocionar sus alojamientos mientras que los segundos no.  

Esta característica es muy importante ya que es la que determina si el alquiler se regula por la LAU o por la legislación local para alquileres vacacionales. 

¿Que compensa más: ¿El alquiler vacacional o el de temporada? 

Lo cierto es que si posees un inmueble y lo quieres destinar al alquiler para uso distinto al de vivienda habitual, estas son las dos opciones que puedes utilizar ¿Cual es mejor? Pues eso dependerá de tu situación personal y del lugar donde se sitúe el inmueble. 

Si tu vivienda se sitúa en una zona turística, te puede compensar el alquiler vacacional, pero si se trata de una zona universitaria, quizá sea mejor alquilarla a estudiantes. Y en este último caso te compensaría más el alquiler temporal. Así pues, la decisión entre una y otra también dependerá del tipo de inquilino al que te quieras orientar. 

Normalmente, los alquileres de temporada están orientados a estudiantes, trabajadores desplazados o familias que van a pasar largos períodos de vacaciones en un lugar. Mientras que los alquileres vacacionales se orientan a turistas que hacen escapadas cortas.  

Independientemente de lo que decidas, debes tener en cuenta siempre la legislación que se te aplicará. Si tu inmueble se sitúa en una zona declarada como tensionada, tendrás que afrontar ciertas restricciones e incluso respetar límites de precios.  

Conclusión 

Aunque puedan presentar semejanzas, los alquileres vacacionales y temporales guardan grandes diferencias. La primera de ellas es la duración de los contratos. Los alquileres vacacionales no duran más de uno o dos meses según la Comunidad Autónoma de que se trate. Los alquileres temporales duran como mínimo un mes y pueden llegar hasta el año, aunque no hay una duración legal establecida. 

Además, los alquileres turísticos deben contar con la pertinente licencia municipal y el certificado de eficiencia energética. Unas exigencias que no deben cumplir los alquileres temporales que sí deberán firmar un contrato entre arrendatario y arrendador.  

La promoción de los alojamientos a través de canales como Airbnb o Booking es otro rasgo distintivo de los alquileres vacacionales que no se presenta en los alquileres temporales. Los primeros también ofertan servicios anexos a la provisión de alojamiento como por ejemplo servicio de limpieza de habitaciones, recepción o lavandería. 

La legislación que regula estos dos tipos de inmuebles también es distinta. Los alquileres temporales se adscriben la Ley de Arrendamientos Urbanos mientras que los turísticos dependen de las leyes autonómicas y locales. 

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