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El alquiler con gastos incluidos: lo que debes saber

Publicado en: 11 noviembre 25,

Modificado en: 11 noviembre 25

Seguro de Impago de Alquiler
Seguro de Impago de Alquiler

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A la hora de alquilar una vivienda, es muy común que los gastos de los suministros se pongan a nombre del inquilino. Pero no siempre es así, existen propietarios que prefieren incluir los gastos de los suministros en el precio del alquiler. De este modo, el inquilino solo se ocupa de pagar la mensualidad de la renta que le corresponde y es el casero quien se hace responsable de la carga de las facturas.

En principio, parece una forma de alquilar que no genera mayores preocupaciones, pero ¿Compensa? Antes de tomar una decisión, te recomendamos que leas este artículo en el que te explicamos todo lo relacionado con la inclusión de los suministros en el contrato de alquiler, sus ventajas y desventajas y cómo hacerlo para evitar sorpresas.

Porque onLygal protege siempre tus derechos como propietarios con sus seguros de impago de alquiler, con los que tus rentas estarán siempre seguras y tus intereses defendidos con nuestros servicios jurídicos.

¿Quién paga los suministros en un contrato de alquiler?

Ateniéndonos a la legalidad, la Ley de Arrendamientos Urbanos en su artículo 20.1 establece que los gastos del inmueble que se individualicen a través de contadores quedarán a cargo del inquilino.

No obstante, el mismo artículo también da libertad a las partes para que puedan acordar a quien corresponde el pago las diferentes cargas del inmueble. Habitualmente, el propietario se hace cargo de los gastos de la comunidad, IBI, reformas, etc. Mientras que los gastos corrientes: luz, agua, internet… Suelen quedar a cargo del inquilino. Pero no tiene por qué ser así.

Qué gastos se pueden incluir en el alquiler

En el precio del alquiler se pueden tanto los gastos corrientes como los gastos extraordinarios que se puedan dar en el curso del arriendo. Algunos de los gastos más comunes son:

  • Suministros básicos: agua, luz y electricidad que, como ya hemos dicho, suele pagar el inquilino, aunque no es obligatorio
  • Gastos de comunidad e impuestos: las cuotas de la comunidad de vecinos para el mantenimiento de áreas comunes e impuestos como el IBI suelen estar a cargo del propietario, pero también se pueden transferir al arrendatario.
  • Tasas de basura y mantenimiento: el impuesto de basuras puede ser cubierto por una u otra parte en función de lo que figure en el contrato de alquiler. El mantenimiento del edificio también es compartido por propietario e inquilino. La ley establece que las pequeñas reparaciones corren a cargo del inquilino mientras que las obras de carácter estructural deben ser costeadas por el arrendador.

Cómo incluir los gastos en el contrato de alquiler

Existe la posibilidad de que el propietario se haga cargo de todos los gastos corrientes de la casa. De esta manera, el inquilino solo tendrá que pagar una renta mensual y despreocuparse del pago de suministros. En este escenario, el arrendador mantiene la titularidad de los contratos de servicios con las compañías y las facturas se emiten a su nombre.

Aunque sea el propietario quien pague todos los gastos corrientes de la casa, el dueño puede repercutir estos gastos en el inquilino de tres formas:

  • Pasar las facturas al inquilino para que pague las cantidades adeudadas: el propietario abona el precio de las facturas del inquilino a las compañías y después reclama al inquilino estas cantidades.
  • Domiciliar las facturas en la cuenta del inquilino: el propietario es el titular de los suministros, pero la cuenta en la que se hacen los cargos es la del inquilino.
  • Reflejar el precio de los suministros en el precio de la renta: el propietario mantiene la titularidad de los suministros y se hace cargo de su pago integralmente. A cambio, acuerda con el inquilino el pago de una renta más elevada que recoja el precio medio de consumo de los suministros. En el contrato se debe especificar claramente qué parte del importe corresponde a la renta y qué parte corresponde a los suministros.

Sea cual sea la forma elegida, es imprescindible que quede reflejada en el contrato. Si optas por la tercera opción, es importante reflejar en el contrato que parte se destina al alquiler del espacio y que parte al pago de suministros.

En este último punto, la cantidad que se destina al pago de servicios suele ser una media estimada del consumo del hogar. Se podrá revisar al alza esta cantidad de forma anual, pero siempre respetando los límites que marca la ley.

Ventajas e inconvenientes de incluir los gastos en el alquiler

Para el propietario, incluir los gastos en el precio del alquiler puede traer ventajas e inconvenientes.

  • Ventajas: Facilita la gestión de las facturas y los pagos a los proveedores. Además, con esta modalidad de alquiler, el propietario puede saber el consumo de suministros del inquilino y conocer si está incurriendo en prácticas deshonestas como, por ejemplo, subarrendar el apartamento sin permiso.
  • Desventajas: Implica más riesgos, ya que, en caso de impago, las compañías reclamarán las deudas al propietario que figura como titular de los recibos. Además, si has establecido una cantidad fija adicional al precio de la renta para pagar los suministros, puedes tener que afrontar fluctuaciones en el precio de la energía.

Unas fluctuaciones que no podrás repercutir al inquilino directamente porque los precios de los arriendos solo se pueden revisar una vez al año. Así, si el precio de la electricidad sube por encima del precio que has pactado con el inquilino, tendrás que pagar de tu bolsillo esa cantidad adicional.

Preguntas Frecuentes

¿Cómo se distribuyen los gastos de suministros en un alquiler por habitaciones?

En los alquileres por habitaciones, es habitual que se incluyan los gastos corrientes dentro del precio del alquiler. En estos casos, el propietario fija un precio mensual que irá destinado al pago de los suministros y que los inquilinos pagan como un sobreprecio a su renta mensual. Esta solución es especialmente ágil cuando se alquilan habitaciones para estancias cortas. Tiene el inconveniente de que, si se sobrepasa el límite establecido, el propietario tendrá que pagar la diferencia de su bolsillo.

Si los alquileres habitacionales son de larga duración, se suele traspasar la titularidad a uno de los inquilinos que se hará cargo de los pagos de los suministros para luego repartirlos entre los demás compañeros de casa.

Conclusión

Incluir de los gastos de los suministros en el alquiler puede ser una buena idea en determinados en los que los precios de los suministros sean estables, por ejemplo, cuando la comunidad de vecinos pague una tarifa plana por el suministro de agua o para ofertas y promociones de compañías telefónicas e internet.

Pero la inclusión de gastos en el precio de alquiler también tiene desventajas. Si el inquilino incurre en impagos, las compañías suministradoras reclamarán al propietario. Además, si se dan fluctuaciones en los precios de la energía, el casero no podrá repercutirlo inmediatamente al inquilino porque los precios de los alquileres solo se pueden actualizar una vez al año y respetando los límites que impone la ley.

Si tienes problemas con el pago de suministros por parte de tu inquilino, el seguro de impago de alquiler de onLygal protegerá tus rentas y defenderá tus intereses a través de sus servicios jurídicos para que puedas alquilar de forma fácil y tranquila.

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